Como todos los veranos me gusta hacer una escapada con mi madre y este no iba a ser menos, hace poco visitamos Córdoba y Málaga así que decidimos volver al sur a visitar Granada.
Si habéis podido leer el post de nuestro viaje a Granada sabréis que hicimos una pequeña escapada al que se supone es uno de los pueblos más bonitos de España, Frigiliana.
A continuación, en este pequeño post os cuento todo lo que hicimos y vimos en nuestro paso por este precioso pueblo blanco ideal para visitar en apenas un día.
Comienza la aventura
Antes de nada comentaros que la parte más turística del pueblo es toda peatonal, teniendo acceso únicamente vehículos autorizados que pertenecen a personas que viven allí en el pueblo, tened esto en cuenta si como nosotras planeáis ir en vuestro propio coche.
También hay opciones de excursiones con distintas agencias como Civitatis o GetYourGuide en las que te llevan hasta allí sin necesidad de coger tu coche o incluso podéis acceder a través de un trenecito turístico que deja a los visitantes a la entrada del pueblo.

Nosotras íbamos en coche porque decidimos parar antes a visitar las Cuevas de Nerja y aparcamos en un pequeño parking gratuito en la Carretera del Apero, está habilitado y en muy buen estado aunque no sea muy amplio está genial. Este se encuentra entre una pequeña iglesia y un campo de futbol. Además tiene unas vistas increíbles tanto de lo que te espera en el pueblo como de los campos de alrededor.
Desde allí caminamos con unas vistas espectaculares hasta la oficina de Turismo del pueblo, allí mostraban con orgullo un cartelito de pueblo más bonito de España.
La verdad que la ruta por el pueblo no tiene perdida, porque es prácticamente circular y recto aunque hay momentos que tantos callejones para arriba y para abajo confunde un poco, así que os cuento el recorrido que hicimos nosotras.
Desde la oficina de turismo caminamos rectas hasta el Palacio de los Condes de Frigiliana, lugar donde tienen a parar los autobuses turísticos y el trenecito. Continuamos recto hasta el primer desvío donde decidimos subir la cuesta con la calle Hernando el Darra, por el camino ya vimos alguna tiendecita artesanal, fruterías y puestos pintorescos.
Hacía mucho calor por lo que en vez de subir al mirador al cual se va por el Callejon del Peñon, continuamos por la Calle de la Amargura, por esta zona estábamos completamente solas entre las casitas blancas que se diferenciaban unas de otras únicamente por los colores de sus puertas.





Seguimos explorando con todo el pueblo para nosotras hasta la siguiente gran bifurcación, en el que tiramos hacia la izquierda que recorrimos hasta llegar a un pequeño supermercado desde el cual ya se vislumbraba la plaza de la Iglesia, obviamente caminamos hasta la Parroquia de San Antonio de Padua, que casualmente se llama igual que la Parroquia en la que mis padres se casaron así que por casualidades de la vida tuvimos obligatoriamente que entrar, pero al estar la gente en misa mi madre dio una vuelta rápida para no molestar y salimos rápido con la conclusión que la de Guada por dentro es más mona.



La verdad que lejos de esta parroquia y de los miradores este pueblo no tiene mucho más así que caminamos un rato más hasta la vieja fuente que es un punto también muy turístico y dimos la vuelta.

En esta ocasión decidimos ir todo recto por la calle Real donde visitamos un pequeño Torreón, caminamos un poco más admirando sus blancas casas y las tiendecitas tan adorables que había. Y es que, los negocios estaban indicados en distintos postes en forma de baldosas para no destacar y estropear el ambiente con señales toscas o modernas, esos detalles a mi me gustan bastante. Como os comentaba el camino para ver Frigiliana y disfrutar de sus blancas calles es circular y recto, aunque con alguna que otra pendiente o escalón que no hace molesto el paseo.
Esta calle se unifica con la de Hernando el Darra por donde comenzamos nuestro paseo, a lo tonto esta caminata que escrita no parece más que 3 minutos andando nos llevo alguna que otra hora, por lo que decidimos pararnos a tomar algo antes de regresar al coche.
Como ya os conté en el post de comida en Granada, paramos a comer en la Cafetería Almijara una vez con el estómago lleno decidimos regresar al coche.



En líneas generales Frigiliana me gustó muchísimo, creo que es un pueblo precioso, no se si el más bonito pero bonito si que es, de eso no hay duda. Es un paseo muy agradable y la multitud de gente que nos encontramos se concentraba únicamente en la primera parte del pueblo, una vez continuabas caminando te quedabas completamente solo.
Es un lugar a tan solo una hora de Granada, por lo que es una escapada fantástica para pasar una mañana diferente cuando ya no sabes que más visitar, muy cerca además de la playa de Nerja.
Espero que con las fotos y la facilidad para ver este pueblito os den ganas de hacerle una breve visita:)

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2 comentarios en “FRIGILIANA, qué ver en 1 día”