ROMA, qué ver en 4 días.

DESDE ROMA CON CALOR:

Este verano mi novio se saco el carnet de conducir, y sus padres le regalaron un billete en business a Roma para cuatro días como premio, ya veis a unos un viaje y a otros (como a mi) un «ya era hora, que necesito un chofer» pero no me quejare esta vez, porque me invitaron también como buenos suegros 🙂 si lo leéis ¡os quiero mucho!.

Hicimos las maletas para un viaje solitos de cuatro días a la calurosa Roma. Yo había estado en una ocasión con mi familia, y ya sabéis como son los viajes en familia hay que ver todo y todos juntos siempre, asique cuando fui llevábamos un guía que nos enseño toda Roma, no obstante, mi chico solo había ido una vez y de pasada por lo que no había visto nada mas que la fontana di Trevi y se merecía un buen itinerario de viaje.

Asi que, a continuación os cuento cómo fue este viajazo con sabor a gratis a la capital Italiana 🙂

Comienza el viaje.

Como teníamos salita vip llegamos a buena hora al aeropuerto para, como todo buen español, gorronear todo lo que pudimos para desayunar e ir cómodos para el viaje. La faena fue que me olvide mi abanico en el aeropuerto.

Mi primer Briconsejo si vais a Roma en verano es NO OLVIDEIS UN ABANICO, da igual que no seáis calurosos, hacerme caso.

La llegada al aeropuerto de Roma fue algo caótica ya que los mostradores de información no están muy bien situados y perdimos muchísimo tiempo en una cola que no nos serviría luego para nada.

Cuando nos logramos situar, decidimos comprar la Roma Pass de 72h. que nos costo de primeras 38,5€, esta tarjeta incluye un pase ilimitado a cualquier medio de transporte (menos las salidas desde el aeropuerto que rondaban los 14€) , un mapa de Roma y una guía de descuentos a museos, todo en italiano o en ingles, no se si es genérico o que la «agradable» que nos atendió no nos quiso dar uno en español. De todos modos no nos sirvió de mucho, esto ultimo.

Mi opinión acerca de la Roma Pass es muy sencilla, a no ser que seas de verte todos los museos que puedas, no renta. Mas que nada porque Roma es una ciudad que hay que pateársela, porque es muy bonita y en cualquier calle encuentras recovecos con encanto.

Por tanto al final, nosotros al menos, la acabamos usando solo de vuelta a casa o para ir a algún sitio en especial y porque no queríamos andar mas, lo que viene siendo quizá 5 o 6 veces en tres días.

Como era caro el metro pillamos por el mismo precio un servicio como de taxis mas o menos, CON.CO.R.A. que llevaban a la estación de Termini (a 1min de nuestro hotel) y como me vio algo ofendida por el atraco que habíamos sufrido nada mas llegar el señor se ofreció a llevarnos hasta la misma puerta del hotel.

No se si contaros mi experiencia con este servicio, es rentable vale eso no lo niego, pero ¿sabéis esa sensación de que os vais a estrellar?, bueno pues imaginar como conducía el señor que no deje de ver mi vida pasar durante todo el viaje. ¿Sabéis el típico idiota que se os pega al culos del coche en la autovía para que le dejéis camino? bueno pues si no les daba toquecitos poco faltaba, en una ocasión en un semáforo se pico con el de al lado y salimos estilo carrera de coches a lo película, yo me reía por no llorar, que miedo pase jaja (ahora es gracioso, entonces no).

No obstante si queréis tomar este tipo de servicios en el aeropuerto hay muchos más mostradores que ofrecen el mismo servicio por un precio muy similar al que te cuesta el metro, asique si además vais cargados es una opción rentable, ya que si o si os vais a gastar ese dinero.

INCISO SOBRE NUESTRO HOTEL:

Nuestro hotel era el Royal Court, era muy mono y la cama de esas achuchables y blanditas, asique para mi era perfecto. Nos venía con desayuno, que pese a ser pequeño tenia todo lo necesario para empezar bien el día, además de ser ideal el lugar del desayuno, porque parecía una librería y no se era ideal.

Llegamos por la tarde asique dejamos las cosas y salimos a caminar sin rumbo fijo ni hora estimada de vuelta, por lo que en una tarde nos merendamos todo lo de alrededor de nuestro hotel, fuimos desde la plaza de la República, que me pareció preciosa, hasta el final de la calle, es decir, hasta el mercati Traianei, la Colonna Traiano, su foro y hasta el monumento a Vittorio Emanuele II, uno de mis monumentos preferidos de toda Roma, enserio imprescindible, a mi sinceramente me gusto muchísimo mas que el Coliseo.

Se nos hacia tarde asique regresamos al hotel por la que creímos paralela a la calle por la que habíamos bajado. Por lo que vimos los foros de Augusto, César y Nerva, así como Santa Maria Maggiori.

Subiendo hacia el hotel decidimos cenar en un restaurante de carácter tradicional (o así te lo vendía la publicidad de la entrada). Para variar pedimos pizza, el sitio fue algo caro y las pizzas no superaban a las de Maribor (ya os hablaré de ellas y moriréis por ir) asique ni recuerdo el nombre.

Tras esto caímos como tranchetes en el hotel.


Segundo día, Coliseo

Dos visita obligadas son el Coliseo y el Vaticano, asique decidimos aprovechar el viaje a tope e ir a ver ambas. Cogimos metro hasta el Coliseo (primer uso de la tarjeta), a mi personalmente no me llama mucho la atención pese a ser impresionante, de hecho es una de las maravillas del mundo y ¡ojo! una cosa no quita a la otra, además ya lo había visto.

Bueno no os podéis imaginar el calor infernal que hacia ese día, enserio horrible, y yo sin mi amado abanico. La cola estimada para entrar eran de ¡¡5HORAS!!. ¿Os imagináis 5h. al sol? Pues nosotros tampoco, asique pagamos a un guía que hacia una visita para que nos colara mas rápido con un grupo de españoles.

Esto nos costo 18€ e incluía al guía que explicaba todo, o mas bien despotricaba de los antiguos romanos y decía una y otra vez que todo era gracias al sudor de los judíos (os acabo de ahorrar una hora de escuchar a un guía, de nada) y además entrada, con el mismo guía pesado, al palatino. Menos mal que encontramos a un vendedor de agua fresquita.

Si vosotros queréis tener contratado ya un guía y no tener que buscarlo como nosotros podéis mirar tours interesantes aquí.

Las medidas para entrar al Coliseo son estilo aeropuerto ahora, y te hacen tirar el agua, consejo, tirar el agua pero la botella nunca y menos en verano, porque además hay fuentes por dentro y puedes rellenarlas.

Al salir del Paulatino y de toda la mañana al sol, le regatee a un hombre un sombrero, porque mi cocorota no soportaba más el sol. Me subió la autoestima porque nunca había regateado, de hecho no lo pensaba hacer, (ni sabia hacerlo) el señor me dijo un precio me pareció excesivo y me iba a ir cuando me lo rebajó, asique aproveche la ocasión y me vino genial la verdad.

Tras la mañana agotadora volvimos al hotel  y comimos en una trattoria en la misma calle, muy rico y muy asequible la verdad. Nos duchamos, descansito y vuelta a la faena 🙂

Decidimos seguir la siguiente ruta por la tarde: desde Barberini andar hasta terminar en la Piazza del Popolo, y vuelta al hotel.

En la Piazza del Popolo, conseguí regatear un palo selfie, (si, yo aún no tenia y a día de hoy no se me da bien usarlo). En la plaza también había el típico que vende o bueno «regala» Flores, ¡ojo! No piques, van de majos como te ven en pareja y tal te dicen que es gratis y luego que si la voluntad y tal. Yo iba en plan no voy a dar ni un euro que no sea necesario, asique como 15 veces amablemente (o por lo menos las 5 primeras) le dijimos que no queríamos nada, bueno pues si las miradas matasen, mejor no saber que nos hubiera hecho ese señor, pero el caso es que no picamos y ahí se fue él y sus malos modales.

La paliza que nos dimos a andar fue tal que terminamos cenando en un restaurante pero con el pensamiento en la camita porque estábamos agotados.

Se nos hizo tarde y nos costo encontrar un metro abierto para volver, asique cuando lo encontramos casi estábamos en casa.


Tercer día, el Vaticano

Desde Termini pillamos un metro hasta Octavio, donde para llegar al Vaticano solo era necesario seguir a la multitud.

Nosotros no pretendíamos pasar porque sinceramente la vez que entre con mi familia no lo pase demasiado bien, para mi gusto (cuando yo fui, no se si habrá cambiado) el exceso de gente impedía ver las cosas e incluso en ocasiones caminar, asique convencí a mi chico para no entrar.

Si en vuestro caso queréis entrar, pero no esperar las largas colas, en el camino del metro al Vaticano hay como 300 guías dispuestos a darte el mejor precio y la mejor visita. Pero si preferís llevarlo desde casa, que siempre suele ser lo mejor aquí os dejo un buen tour 🙂

Por tanto solo lo vimos por fuera, y tan requetebién la verdad. Asique desde allí caminamos hasta el Castillo de San Ángelo, había leído que por dentro es espectacular y nos quedamos con las ganas de entrar, pero el esperar al sol nos tiro para atrás, la verdad que el calor nos fastidio bastante el viaje, sobre todo a mi que no tolero el calor casi nada.

Continuamos hasta la Piazza del tribunal donde cruzamos y callejeamos hasta llegar a la Piazza Navona, sus alrededores y el Pantheon que seguía siendo tan bonito como recordaba.

Comimos por la zona y continuamos hasta el barrio de Transtevere donde callejeamos hasta cansarnos y terminamos en el Circo Massimo para coger el metro a casa (imaginaos la paliza de día que nos dimos)


Último día

El último día lo dedicamos a ir tranquilos ya habíamos visto más de lo que teníamos pensado ver.

Asique decidimos encontrar «la cerradura secreta de Malta», se trata de una cerradura de una puerta propiedad de Malta que encierra principalmente unos jardines, y que a través de ella puedes tener los pies en Roma, mirar a través de Malta y ver atravesando su jardín la cúpula del Vaticano. Suena bonito asique nos propusimos encontrarla y lo hicimos. 🙂

New Generic

Se encuentra cerca del Circo Massimo, en el parque Aventino, pero no exactamente allí, sino que tienes que ir subiendo una cuesta, habiendo primero atravesado el parque, hasta que literalmente te quedes sin cuesta que subir porque hay una pared, es decir, sin desviarte y sin dejarte embaucar por los preciosos miradores, que ya tendrás tiempo de ver a la bajada, seguir todo recto, hasta una plaza con solo dos salidas en la que a la derecha haya dos portones enormes.

img_3151

Cuando nosotros fuimos casi no había gente, porque se habían parado en los enormes miradores. Pero cuando llegas se sabe que has llegado y es más bonito de lo que se ve en fotos, de hecho me costo bastante hacer una decente, (supongo que por la luz del sol ), el caso es que es espectacular y si tenéis tiempo os recomiendo una visita si o si os encantará 🙂 (os pongo la foto mas decente que logre)
Una vez logramos nuestro objetivo final del viaje, paramos a disfrutar de los miradores y del dia en tranquilidad ya que habíamos visto todo lo que queríamos ver de Roma. 🙂


En definitiva fue un viaje genial, lleno de calor, risas y de mucho andar. Me compre un abanico nuevo pero sufrí mucho aun así. Roma es precioso pero demasiado masificado por los turistas, como todo supongo. Espero que hayáis disfrutado tanto como yo pero os hayáis cansado menos 🙂

Tras Roma nuestra ruta italiana ha sido grande: Florencia, Milán, Venecia, Pisa, Murano y muchas ciudades más vinieron luego y es que Italia nos encanta y la pizza más :3


Regálame un dulce en mi próximo viaje

Con lo que cuesta un dulce puedes ayudarme a seguir creciendo y mejorando mi contenido 🙂

1,50 €

City Card 24h por 65€
Hazte con tu City Card 24h por 65€ en Iamsterdam.com
Ver condiciones generales en la web

6 comentarios en “ROMA, qué ver en 4 días.

Responder a MarkelpbCancelar respuesta