Potsdam en un dia.

Me fui a Berlín con mi madre una semana no hace mucho, y como ya sabréis siempre que viajamos varios dias nos gusta visitar algún lugar fuera de la ciudad que no este extremadamente lejos y al cual sea fácil y barato de llegar.

Asi que decidimos en esta ocasión ir a Potsdam, una ciudad pequeña a menos de una hora de Berlín, con muchos palacios y encantos.

Se puede llegar desde varias estaciones de la ciudad, directamente con un abono de las zonas ABC de Berlin, por lo que es realmente económico viajar aquí y más si tienes un abono como nosotras de X dias.

Comienza el viaje. 

Una vez llegamos a Potsdam y casi sin bajarnos del tren comenzaban a abordarte los vendedores de tours caminando o en autobús, había un monton de ellos y los ofrecían a un precio decente en varios idiomas.

Sin embargo, ya sabéis como somos, y no solemos coger este tipo de tours o guias, el ultimo que cogimos fue en Roma con mi chico para saltarnos la horrible cola para entrar en el coliseo.

Pasando de ellos, iniciamos nuestra ruta hacia la Puerta de Brandeburgo pasando antes por el museo del Cine y callejeando hasta llegar viendo un poco la ciudad que tiene en cada rincón lugares y cosas interesantes.

Dicen que la Puerta que hay en Potsdam es una replica mas pequeña de la que hay en Berlín, escribo dicen porque nosotras no tuvimos la suerte de poder verla, cuando llegamos estaba totalmente tapada debido a unas obras que estaban realizando en ella.

Con la desilusion nos fuimos hasta la oficina de turismo mas cercana a coger un mapa mucho mas detallado del lugar, ya que el que llevábamos era bastante pequeño y poco especifico.

De ahí, caminamos hasta el Parque Sanssouci donde realmente empezaría nuestra gran caminata aquel dia.

El Parque es enorme y en él aguardan varios Palacios y lugares emblemáticos de la ciudad en los que en su dia se hospedaban la nobleza del momento.

Los dos mas importantes son el Palacio de Sanssouci y el Nuevo Palacio, pero debo deciros que si vais del primero al segundo andando en línea recta ya es media hora de caminata, asi que imaginaros todo lo que hicimos nosotras que decidimos dar un rodeo al parque para intentar ver todos los palacios y lugares que el cuerpo nos permitiera.

Comenzamos en la Iglesia de la Paz, que tiene una torre bastante alta peculiar y bonita, también tiene un mausoleo donde fueron enterrados el káiser Federico III y su señora.

Una vez visitado entramos por una puerta que te trasportaba realmente a un castillo de película, muy bonita la verdad, con un largo paseo del cual no se veía fin. Por el camino te encuentras pequeños monumentos y lugares en restauración.

Antes de llegar a uno de los principales palacios nos topamos con el Palacio de galería de pinturas y muy cerquita de él se encuentra el famoso Palacio de Sanssouci, debo decir, que no me pareció para nada tan espectacular como sale en muchas de las fotos que había visto, aunque también os debo reconocer que no nos acercamos tantísimo ni subimos por sus escaleras.

No lo hicimos porque hacia un calor horrible y subir por esa solana para luego bajar a seguir con nuestra ruta no nos apetecía mucho, sumado a que mi madre tiene una pierna regular y no consideré demasiado buena la opción de cansarla en el primer palacio.

Desde allí seguimos nuestro camino dejando a nuestra derecha el Palacio de las nuevas Cámaras que si nuestra ruta la habíamos bien mas tarde lo veríamos.

Continuamos hasta la Casa China, que me encantó, no se que tengo con este tipo de edificios pero me encantan, en Berlin el Pabellón Coreano y aquí la Casa China. Me pareció muy muy bonita sinceramente.

Estuvimos ahí un rato y continuamos hasta la siguiente parada los Baños Romanos, y es que en este parque puedes pasar rápidamente de una arquitectura asiática una romana en apenas unos metros.

No se por que razón estaba cerrado al publico sus jardines, sin embargo la casa estilo típica villa italiana era muy bonita 🙂

Si seguíamos el camino desde estos baños, llegamos hasta el Palacio de Charlottenhof, un elegante palacete con una fuente que inspiran tranquilidad, también estaba cerrado pero no nos importó era muy bonito.

Hasta ahora todo había estado relativamente cerca, sin embargo nos tocaba el camino mas largo sin mucho de por medio mas que jardines y el Templo de la Amistad. Algunas partes debo decir que son muy bonitas con arboles frondosos, sin embargo otras, son autenticas solanas, algo que para el caluroso día que nos hizo no nos ayudaba.

Llegamos al segundo palacio mas famoso de la zona, el Palacio Nuevo de Sanssouci, que tenía unas preciosas obras en su puerta. No obstante, eso no nos impidió disfrutar de él y de su jardín.

Una vez salimos de allí y no mucho mas lejos encontramos el que para mí fue el palacio mas bonito de los que habíamos visto hasta la fecha. El Palacio de Invernadero de Naranjos, el nombre es un poco así pero esa es su traducción. Me pareció muy bonito sinceramente, si tuviera que elegir solo un palacio, yo me quedaba con ese, a pesar de las escaleras.

Esta vez si, subimos las escaleras del Palacio y anduvimos calle arriba hasta llegar al Molino Histórico de viento.

Por el camino, nos topamos con bonitos miradores de los jardines y con el Palacio de las Nuevas Camaras otra vez, fue cuesta arriba pero con unas vistas fantásticas 🙂

Cuando llegamos al Molino Historico de Viento, ya se nos había hecho bastante tarde, asique como último destino fijado dentro de esta primera ruta por este gigantesto parque, decidimos parar a comer.

Os cuento donde comimos en el post sobre donde comimos en Berlín.

Después de comer fuimos hasta la Colonia de Alexandrowka, una pequeña colonia rusa formada por trece granjas, que el Rey Federico III hizó construir en honor al zar Alejandro I de Rusia.

Me parecieron super cucas y apenas había leído sobre ellas antes de llegar allí, por lo que para nosotras fue una sorpresa.

IMG_E3211.JPGDe lo que si conocíamos su existencia era de la Iglesia Ortodoxa Rusa que se había construido para los ciudadanos de origen ruso que allí se instalaron.

Como en pocos dias me iba a ir a Rusia tenia mucha curiosidad por conocer como era y abrir boca para lo que me esperaría tiempo después. Asi que aunque esta un tanto lejillos de estas granjas, decidimos ir.

La verdad, no defraudó, era pequeña y cuca como las casitas pero muy muy bonita. Nos quedamos descansando y contemplándola un rato.

Visto ya nuestros grandes objetivos marcados decidimos seguir caminando, esta vez ya en dirección contraria, para visitar el centro histórico y marcharnos de nuevo a Berlín.

Callejeamos sin perder detalle hasta llegar a la Nauener Tor, una de las tres puertas de la ciudad que aun se conservan y la cual es imprescindible en vuestro viaje a Potsdam.

Era mas pequeña de lo que esperaba, pero aun así se consigue ver de lejos. Antes de llegar a ella nos encontramos con un edificio que nos llamo bastante la atención pero no que no supimos reconocer que era.

Desde allí anduvimos por el famoso Barrio Holandés y vimos la iglesia de Peter y Paul después decidimos tomarnos un refresco, nuestro viaje iba llegando a su fin.

Terminamos en la plaza central del casco histórico, el Old Market, donde se situa la Iglesia de San Nicolas y el Museo de Barberini.

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Desde esta plaza fuimos de nuevo a la estación de tren para volver a Berlín.


Fue una lástima que muchas cosas estuvieran en obras en Potsdam y no haber dispuesto de mas tiempo, sin embargo a pesar de no ver todo lo que esta ciudad nos ofrece, quedamos muy satisfechas con todo lo que vimos, andamos e hicimos.

Quizá contratando un tour si da tiempo a ver todos los castillos que se situan mas alejados del famoso Parque de Sanssouci, o disponiendo de dos dias en lugar de uno sea mas factible ver toda la ciudad. Pero yendo andando y por libre en un solo dia es bastante complicado no dejarte cosas.

No obstante, opino que es una escapada de un dia perfecta para cualquier viaje 🙂

Espero que ya sea en tour o andando solas como hicimos nosotras visitéis esta pequeña ciudad que vale la pena y la disfrutéis al máximo 🙂

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