Como ya os conté en nuestro último gran viaje con destino a Islandia tuvo varias paraditas, después de Noruega fuimos a Lituania, concretamente a Vilnius, su capital, esta parada no estaba inicialmente planeada pero por tema presupuestarios decidimos hacer escala allí para que el billete a Islandia nos saliera mas rentable.

A continuación, os cuento cómo fue nuestra experiencia en esta ciudad y todo lo que vimos e hicimos durante nuestra visita exprés de un día.

Aquí al pasar únicamente un día no alquilamos coche.

Vilnius o Vilna es una ciudad que se puede ver perfectísimamente andando, todo esta muy cerquita y tiene el Casco Histórico aglomerado de Iglesias y puntos de interés.

Os recomiendo que, como nosotros, cojáis un Uber hasta vuestro alojamiento, ya que fue muy muy barato al ser tres no llegó a tres euros por cabeza, lo que seguramente nos hubiera costado el autobús.

Comienza la aventura

Caminamos hacia el centro histórico y lo primero que nos encontramos fue la Torre de Gedimias. Por dos euros subes y bajas por el teleférico, también tienes la opción de subir por unas escaleras o de bajar por ellas y subir por el teleférico eso ya ha gusto del consumidor. Yo vaga de mí y hater de las escaleras decidí subir por el teleférico. A la torre también se puede entrar pagando, pero obviamos entrar porque parecía no merecer mucho la pena dado el estado del resto del lugar, el cual estaba en restauración.

Si algo tiene Vilnius son lugares de Culto, sobretodo iglesias, decidimos visitar algunas de ellas. Comenzamos por la mas destacada junto a su Catedral, la Iglesia de Santa Ana, que era espectacular la verdad, también acceder a ella era gratuito, aunque siempre se puede dejar un donativo.

Desde la torre andamos hasta la Catedral de Vilnius, apenas unos minutos, esta catedral es distinta a las que habia visto antes, me pareció muy blanca, limpia y bonita. Es de libre acceso y merece la pena entrar y echar un vistazo.

Caminamos callejeando y visitando más iglesias de distintas indoles religiosas, católicas y ortodoxas, hasta llegar a la Puerta de la Aurora, un lugar que me pareció muy cuco donde se escondía en lo alto una capilla que si vas distraído a poco más te la pierdes.

Continuamos callejeando y viendo iglesias como la Iglesia Católica de todos los Santos, pintada en tonos pastel o la Sinagoga de Choraline.

Hasta llegar al restaurante elegido para cenar el Uncle Sam´s American Pub, un sitio de estilo americano muy bien decorado con ricas y baratas hamburguesas, nuevamente todo estuvo aceptable y correcto salvo la actitud de los camareros que fueron muuuy lentos y maleducados. Cenamos unos nachos, tres hamburguesas y dos batidos que estaban muy ricos.

Tras la cena regresamos al hotel.

Debo deciros que nosotros solo estuvimos en Vilna aproximadamente una tarde y que fuimos algo lentos caminando, pero es una ciudad que perfectamente se ve en un día completo caminando tranquilamente, al menos su bonito centro histórico.

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Nosotros decidimos acostarnos pronto para coger el siguiente vuelo a la mañana siguiente, porque por fin llegaríamos a ¡ISLANDIA!

Briconsejo: si vais a coger un avión pronto reservar un taxi o un uber con antelación, ya que Vilnius tiene muchísimo tráfico, pero exagerado y apenas hay trasporte a horas punta de la mañana entre las 7 y media y las 8 y media, asique tenerlo muy en cuenta.