Nuestro tercer viaje este verano 2018 fue nada mas y nada menos que a Moscú. Y es que quien nos lo iba a decir a nosotros que iríamos a Rusia tan pronto, ya que siempre hemos creído que era algo inalcanzable para nuestros presupuestos de viajes, y menos el año del mundial.
Encontramos un ofertón de vuelo mas hotel (hotelazo) a Moscú y tras comentarlo con unos amigos, allí que fuimos. Y hoy os vengo a contar como fue nuestra primera vez en Rusia.
Comienza el viaje.
Como siempre en los viajes que se preparan en grupo siempre hay quienes terminan sin poder o querer ir por motivos ajenos, por lo que terminamos yéndonos tres al viaje.
Nuestro vuelo salía temprano de Barajas y hacia escala en Roma. Una vez en Roma comimos allí y rápido a por el siguiente vuelo camino a Moscú.
El segundo vuelo iba casi vacio y pasar la aduana fue muy sencillo ya que solo te miraban si tus datos del visado estaban correctos. Te introducen un papel en el pasaporte, que no debéis perder ya que a la vuelta te lo solicitan y se lo quedan.
Como llevamos haciendo todo el verano, decidimos contratar a un transporte hasta hotel, no queríamos perdernos en el metro el primer dia y ya sabéis que somos algo comodones.
Si decidís hacer lo mismo aquí os dejo el enlace hasta la pagina donde nosotros lo contratamos. Pero por si acaso os dejo otra alternativa también buena pinchando aquí 🙂
Podéis ver como fue nuestro hotel en mi post sobre él 🙂
Por cierto, si vosotros aun no tenéis hotel o apartamento para vuestras vacaciones recordar que con este link tendréis un 10% de descuento en Booking 🙂
Primer día.
Llegamos por la tarde, por lo que la quisimos aprovechar al máximo, nuestra idea era ir del hotel a la Plaza Roja pasa saber cuánto se tardaba.
Pero por el camino, fuimos callejeando por que en cada rincón de Moscú había algo que ver, literalmente podías encontrarte obras de arte en cada esquina.
Anduvimos muchísimo por la calle principal desviándonos para ver las pequeñas iglesias que se encontraban en los callejones, vimos el Museo de Historia Contemporáneo, varios monumentos como el Monumento a Pushkin y algunas iglesias de camino a la Plaza Roja.
Cuando llegamos a la Plaza Roja, no sabíamos por donde cruzar, porque solo veíamos el metro, y resultó que por el subterráneo del metro también puedes cruzar la calle e incluso andar por debajo calles enteras.
En nuestro primer día eso no lo descubrimos, asi que seguimos caminando en busca de un paso de cebra, que en Moscú escasean y mucho.
Caminando llegamos hasta el Teatro Bolshoi, que tiene un gran paso de cebra para cruzar hasta el Monumento a Karl Marx, situado en una cuca plaza que finaliza con una mayor llena de puestos de madera de ropa y comida, aquello estaba decorado que parecía navidad, realmente encantador.
Y por fín nos acercamos hasta la puerta de la Plaza Roja, decidimos quedarnos con el hype y no entrar por que se hacia tarde, asi que dimos una vuelta por los jardines de fuera del Kremlin, en busca de un nuevo paso de cebra o paso subterráneo, llegaba la hora de cenar y de reponer fuerzas para mañana.
Moscú el primer dia a mi por lo menos me enamoró.
Segundo dia.
En nuestro segundo día decidimos empezar por ir al Metro a sacarnos un abono de 20 viajes para cada uno, pese a que podríamos haber comprado el de 60 y compartirlo ya que es trasferible, decidimos que cada uno fuera responsable del suyo.
Nos costó unos 747 rublos, unos 11 euros aproximadamente, nada mal la verdad.
Pequeño paréntesis sobre el metro.
El Metro de Moscú era muy bonito, las estaciones parecían salas de museos mas que una estación de metro, y aun que era algo lioso esta muy bien. ¿Sabíais que se encuentra entre los 5 metros mas profundos del mundo?.
Existen excursiones para ver las paradas de metro con mas historia o mas bellas, pero sinceramente, según viajas por Moscú las vas descubriendo o eso nos pasó a nosotros y no nos dejaron indiferentes.
Por si acaso, os dejo aquí otra alternativa de tour para verlo 🙂
Nuestro primer objetivo del dia después de eso fue la Plaza Roja, concretamente queríamos entrar en el Mausoleo de Lennin, el cual es gratis y esta abierto de 10 a 13 horas. Cuando llegamos ya eran un poco mas de las 10 y la cola era enorme, asi que con el calor que hacia decidimos dejarlo para otro dia, total Lennin no se iba a mover de ahí. (chiste malo).
Admiramos la Plaza Roja un poco mas y nos dirigimos a nuestro segundo objetivo, el Monasterio de Novodieviche, que teníamos muchas ganas de ver.
Cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa, estaba en obras todo ello y solo podías entrar si ibas al museo y por supuesto pagabas por ello mas el suplemento para poder hacer fotos, nos lo planteamos durante un buen rato, mientras admirábamos las preciosas vistas del lago que tiene al lado desde el cual se vislumbra a lo lejos el majestuoso distrito financiero.
Y tras mucho pensar, decidimos no entrar, se veía todo desde fuera con las típicas telillas de obra por lo que no creemos que valiera la pena pagar por ver solo el museo y andamios.
Asi que si vais o tenéis pensado ir en las próximas semanas, saber que esta completamente en obras.
Hay enfrente una pequeña iglesia, que por dentro es un poco simple pero por fuera es bastante mona, asi que entre el lago con vistas y esta pequeña iglesia digamos que no pareció tan malo el viaje.
Volvimos al metro pero antes nos desviamos hacia la ciudad deportiva que había justo enfrente.
Desde el metro fuimos a Kolomenskaya, a visitar el Palacio del Zar.
Y que decir del Palacio del Zar, nos fascinó era muy bonito y había poca gente, cosa que también se agradece la verdad.
Esta dentro del recinto del parque de Kolomenskoye, que la verdad es enorme. Nosotros entramos por la puerta que daba directo al Palacio del Zar pero no es lo único que se puede visitar.
También hay un complejo de varias iglesias ortodoxas y pabellones. La mas famosa es la Iglesia de la Asunción, que se sitúa como en el centro de una gran pradera con unas vistas impresionantes, ideal para relajarse. También la iglesia de Nuestra Señora de Kazan, que en mi opinión le faltaba una manita de pintura.
Este es uno de los parques en los que si tienes mucho tiempo puedes perfectamente pasar la mañana.
Del Palacio del Zar a esta otra parte hay muchísimo camino, por lo que nosotros no lo pensamos dos veces y nos sacamos unos tiquets para que nos llevaran en una pequeña furgoneta abierta, que parecía un cochecito de golf.
Sin lugar a dudas la mejor inversión de todo el viaje. El viaje era solo de ida pero fueron 150 rublos bien invertidos. Por supuesto, se puede ir gratis andando, pero ya sabéis que nosotros somos muy comodones, y para nosotros esto era necesario.
Una vez visto todo y quedados satisfechos con nuestra mañana a pesar de todos los cambios de planes, fuimos a comer y a descansar un poco en el hotel.
Por la tarde teníamos planeadas bastante cosas pero tuvimos que cancelar todas ellas, hubo un incendio o fuga en el hotel y nos desalojaron mas de una hora. Yo cogí todas las cosas que podía bajar desde un séptimo por las escaleras en cuanto comenzó el aviso de evacuación, asi que iba demasiado cargada como para irnos a caminar, además que al no darnos información no sabíamos si todo iría bien o si nos tendríamos que ir a otro lugar, era la primera vez que en un viaje nos sucedía algo así.
Cuando se fueron los bomberos todo volvió a la normalidad pero casi no nos quedaba tarde.
Queríamos comprar la Moscow Pass de un dia, para usarla al máximo la mañana siguiente, pero cuando llegamos a comprarla justo de un único dia no les quedaba. Y es que de dos, haciendo cálculos no nos salía nada rentable.
Os comentó mas sobre ella en el post de consejos para viajar a Moscú.
Comenzó a llover y nuestra tarde se chafaba cada vez mas.
Tras cenar decidimos ver la Plaza Roja de noche, que con las luces del GUM daban un aspecto muy navideño en pleno agosto, y andar por la calle Varvarka, que pegado al parque Zaryadye dan una visión de un conjunto de iglesias y catedrales ortodoxas preciosas.
Tercer dia.
En nuestro tercer dia el madrugón fue bueno, no teníamos la pass y queríamos ver demasiadas cosas.
Nuestro primer destino fue el Kremlin, cuando llegamos había muchísimas colas por todos lados, no sabíamos muy bien donde comprar nuestra entrada ya que nosotros queríamos comprar únicamente la entrada para la plaza de las catedrales y las cosas se entremezclaban. Nos dividimos para encontrar mejor nuestra cola.
Nos encontramos con una pareja de catalanes majísimos que estaban igual de perdidos que nosotros, pero mas avanzados en una cola, asi que nos “colamos” o unimos con ellos, hasta que descubrimos que hay al fondo del local donde se sacan los tiquets unas maquinas semi vacías.
Uno de nosotros se puso en las maquinas para saber si nos servían o no y asi no perder el sitio. Efectivamente las maquinas eran la clave, y terminamos comprando todos los tiquets en ellas.
Asique consejo: si UNICAMENTE queréis la entrada al Kremlin y la Plaza de las Catedrales, aunque haya cola desde fuera, vosotros entrar y buscar estas maquinas al final de las taquillas.
Como era temprano y el Kremlin no lo abrían hasta las 10 decidimos volver a intentar ver a Lennin, pero después de 10 minutos parados los primeros en una cola formada solo por nosotros nos dimos cuenta de la sorpresa, los viernes no abren, otra vez sería.
La entrada al Kremlin fue caótica, son unas escaleras en las que desaparece por completo las colas y la gente se te cuela por cualquier lado, luego un sencillo arco de seguridad y ya esta, caótico pero bastante rápido. Entramos como a los 15min. de llegar.
Una vez dentro todo fueron bocas abiertas, nos pareció mas pequeño de lo que habíamos pensado pero muy muy bonito.
No se cuanto tiempo estuvimos sacando fotos y admirando cada rincón, nuestro amigo Antonio era mas fan de lo primero e hizo todo un book.
Nuestra entrada te permitía ver el interior de alguna que otra catedral apenas sin colas, quizá por la hora. Decidimos por tanto, entrar en la del Arcángel.
La Catedral era pequeña pero preciosa, en teoría no se podían sacar fotos pero si no te pillaban no pasaba nada, eso si, siempre sin flash que ya sabéis que daña mas las pinturas. Yo saqué unas poquitas y a nuestro amigo le pillaron, pero fue solo una pequeña bronca.
La mañana nos cundió por lo que decidimos ir al Búnker-42 que en internet ponía y pone que esta abierto de 10 a 18 horas, pero que cuando llegamos tenia otro horario. Y solo se puede entrar cada 2 horas. Asi que os podeís imaginar, nos quedamos sin entrar. Fuimos a hacer tiempo y nos comenzó a llover de tal manera, que ya no íbamos a volver al Búnker.
Pero bueno, ya sabéis, excusa para volver a Moscú algún año.
Por la tarde, fuimos un poco de compras por la calle Arbat una de las mas famosas calles de este Barrio, es peatonal y se encuentran numerosas tiendas souvenirs, restaurantes y ambiente, además de poderse ver una de las siete hermanas. Te puedes perder entre sus callejuelas que no tienen perdida, como en el resto de Moscú siempre habrá algo por ver que te sorprenda.
Cuarto dia.
Este viaje ha estado lleno de idas y venidas y en nuestro cuarto dia no iban a faltar. Cuando llegamos a la plaza roja con ganas de ver a Lenin y la Catedral del Cristo Salvador, nos la encontramos cerrada. No se podía acceder a ninguno de nuestros objetivos ni al kremlin.
Ya que estábamos allí decidimos hacer tiempo hasta las 10 y ver el centro comercial GUM por dentro, que aun no habíamos entrado.
Como habíamos madrugado para las colas, la espera a mi chico y a mi se nos hizo eterno, nuestro amigo, como siempre, estuvo super feliz de poderse hacer mas Selfies sin la presión de tener que ir a visitar mas sitios.
El GUM es una pasada, muy bonito, pero entramos todos en manada solo para verlo y sacar fotos, era un poco impensable comprar algo ahí con nuestro presupuesto. Aun asi me gaste 150 rublos en ir al baño.
Una vez visto fuimos al famoso Mercado de Izmailovo que era precioso, pero claro entre tanto puesto con toldo, calor y gente, no se termina de disfrutar bien pero me gustó muchísimo.
Os dejo mas detalles sobre este Mercado y todas las compras que realizamos ese dia en el post del Izmailovo 🙂
Por la tarde, queríamos dar una vuelta para ver un par de iglesias y el monasterio Alto de San Pedro cerca del Teatro Bolshoi.
Nuestra primera parada fue la Catedral del Cristo Salvador, la cual debéis tener en cuenta que si vais a entrar los hombres deben ir en pantalón largo. Nosotros no esperábamos la negativa y lo intentamos, y por supuesto, a mi chico y a nuestro amigo les negaron la entrada. Asi que se quedaron fuera hasta que salí de verla, y la verdad que por dentro era preciosa, me fascino aunque no me quede mucho para no hacerles esperar.
Como siempre no se podían hacer fotos, pero no podía dejarles sin ver aquella preciosidad de Catedral, asi que alguna hice infraganti.
Cuando salí empezó a llover, y no veáis de que manera, asi que tuvimos otra vez mas que cancelar todo lo previsto.
Decidimos pese a la lluvia volver a Arbat ya que teníamos un encargo de compras de parte de una de nuestras madres, asi que ¡a mojarse!. Compramos unos paraguas pero aun así nos calamos, eso si compramos el encargo.
Cuando al fin llegamos al hotel no quisimos salir de él, asi que nos cambiamos y cenamos allí mismo de lujo (metafórica y literalmente). Hicimos las maletas y a descansar nos esperaba un largo dia.
Quinto dia.
El último día volvimos a intentar entrar en el Mausoleo de Lennin y al final pudimos entrar, tuvimos que hacer media hora de cola nada mas y la verdad es que se ve muy rápido y muy bien.
Por el camino antes de entrar a verle, puedes pararte y hacer todas las fotos que quieras pero una vez dentro nada de pararse, hablar o fotografiar.
La verdad es que ver a Lennin embalsamado es bastante impactante, porque el cuerpo estaba en perfecto estado, y para una estudiante de criminologia impresiona aun mas.
Teníamos hasta las doce antes de volver al hotel a por nuestras maletas y que el transporte, asi que decidimos ir al Parque Zaryadye a hacer tiempo y fue un acierto.
Es un parque que mezcla estilos muy modernos con la naturaleza que sumado a las vistas que tenia debido a su localización, era maravilloso estar ahí.
Tiene varios miradores en los que pararse y observar el paisaje. Además de varios centros culturales, baños y zonas para comer.
La vuelta a casa fue muy muy pesada pero volvimos con mas ganas que nunca de repetir destino en unas vacaciones.
La verdad es que Moscú nos sorprendió, las fotos no le hacen justicia y a mi personalmente me enamoró, puede ser hasta ahora la ciudad mas bonita en la que he estado y a la que me encantaría volver sin dudarlo.
Debo deciros que todo nuestro itinerario, pese a que nosotros tuvimos que modificarlo casi todos los dias, podéis contratarlo desde casa y evitar todos estos problemas que nosotros tuvimos desde aquí.
7 comentarios en “Moscú en 5 días”