Belgica, tercera parada Malinas & Lovaina.

En nuestro viaje a Bruselas no solo decidimos hacer una parada para ver dos de las ciudades mas imprescindibles de Bélgica, Brujas y Gante, si no que también decidimos ir a ver otras dos menos populares y mucho mas pequeñitas y tranquilas (o eso creíamos).

A continuación os cuento, todo lo que vimos e hicimos en nuestro paso por Lovaina y Malinas!

Compramos los billetes desde la Estacion Norte, que como ya os comenté era la que mas cerca nos pillaba del hotel.

Compramos todos desde allí por lo que nos confundimos y sacamos Lovaina ida y vuelta y Malinas ida y vuelta en vez de uno directo de Lovaina a Malinas o viceversa. Por lo que nos podríamos haber ahorrado 5 euros perfectamente. A pesar de todo el total no llego a 13 euros.

Os aconsejo que no seas tan comodones como nosotros y vayáis comprando los trayectos en cada estación.

Primera parada Malinas. 

Decidimos ir primero allí ya que era la mas pequeña y la que menos tenia para ver.

Llegamos allí y nos encontramos con una estación en obras, pero a estas altura las obras ya eran normales en nuestro viaje por Bélgica.

El camino de la Estación al Grote Mark fue bastante sencillo ya que era bastante recto e intuitivo.

Por el camino como siempre nos gusta explorar y cotillear cada rincón, nos topamos con varios edificios antiguos curiosos. Según lo que ponía en la puerta en el primero que vimos fue una especie de antigua administración publica, un poco mas adelante el teatro de la ciudad y por último, en la acera de enfrente se encontraba el Palacio de Margarita de Austria.

Fuimos en día de mercadillo, así que cuando llegamos a la Grote Mark estaba llena de puestos de todo tipo, desde los míticos de fruta y ropa hasta uno muy curioso lleno de productos típicos de teletienda con su demostración en directo y todo.

La Grote Mark pese a haberla visto ya en fotos nos sorprendió gratamente, ya que era bastante bonita pero lo mas llamativo y lo que no deja indiferente a nadie es ver como entre todas esas casitas pequeñas como de cuento se alza una inmensa torre, la torre de San Rumoldo de la Catedral de Malinas, una torre de mas de 97 metros de altura, asi que imaginaos el asombro de encontrarnos aquello en ese pequeño pueblo.

Después de dar una vuelta por el mercadillo y la plaza, fuimos a ver la Catedral en condiciones, dimos toda la vuelta por el canal tan mono que tienen. Pasando por el Conservatorio de Música y el Museo de Bellas artes que se encontraba cerrado al público en ese momento.

Volvimos a la magnifica torre y desde allí callejeamos de vuelta al tren.

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Segunda Parada, Lovaina. 

Como cometimos un error con el tema de los billetes, volvimos hasta Bruselas para coger allí el tren camino a Lovaina, la verdad es que no perdimos mucho tiempo entre una cosa y otra.

Lo peor sin duda fue el tren de ida a Lovaina, se nos hizo pesado porque estaba lleno y nos tocó ir de pie con la gente sin parar de molestar, la verdad es que la mayoría de los belgas con los que nos topamos fueron bastante maleducados, a excepción de la mayoría de los trabajadores de los distintos locales claro.

Cuando llegamos a Lovaina fue una liberación bajar de ese tren sinceramente.

El camino al centro desde la estación fue muy similar al de Malinas, es decir, intuitivo y bastante recto, solo que en esta ocasión es algo mas largo.

Por el camino visitamos la Biblioteca de la Universidad, en donde también habían puesto un mercadillo. También era dia de mercadillo en Lovaina.

Desde allí continuamos nuestro camino hasta la Grote Mark de Lovaina. Antes de llegar ya se veía de fondo la Iglesia de San Pedro, que para mí se daba un cierto aire a la que hay en Segovia.

Al llegar a la plaza en la que en medio se situa esta Iglesia nos encontramos con ¡SORPRESA! el Ayuntamiento en obras (para variar). Dimos una vuelta para contemplar la plaza desde todos los angulos, descubrimos que se estaba celebrando un torneo de ajedrez aunque no entendimos a que nivel.

Dimos un rodeo callejeando entre sus calles en fiestas para hacer tiempo hasta la hora de comer. Que comimos justo en esa plaza como ya sabréis por el post que publique sobre los lugares en los que comí durante el viaje.  

La verdad es que Lovaina tenia mucho encanto en cada calle además de un lindo canal muy similar a todos los vistos en este viaje.

Después de comer fuimos a visitar la Iglesia de San Miguel, que por supuesto, también estaba en obras, pero que no dejaba por ello de ser bonita. He de decir que si vas a ir a Lovaina sin mapa hay un sin fin de señales que te orientan sobre hacia donde ir para ver los monumentos y edificios mas emblemáticos, sin embargo les falta un cartel que ponga «es por ahí, pero esta en obras».

Nosotros siempre llevamos mapa pero aun así nos gusta guiarnos de vez en cuando por esas señales, ya que a veces señalan cosas que en el mapa no parecen importantes.

Desde la Iglesia continuamos andando y nos metimos sin querer en una especie de colegio mayor, decir, que no fue sin querer yo quería saber que era y verlo y la puerta estaba abierta, pero no estuvimos muchos ya que mi chico renegaba de que se pudiera entrar.

Callejeamos de vuelta a la Estación de Tren de Lovaina que la verdad es bastante chula y de ahí vuelta a Bruselas.

La verdad es que no os sabría decir cual me gustó mas o cual merece mas la pena de ver, obviamente Lovaina es mas grande, sin embargo, Malinas tiene un encanto natural y una torre que es impresionante, solo por ella ya merece la pena ir.

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Yo os aconsejaría que os tomarais un dia tranquilo para ver ambos lugares de forma relajada en un mismo dia. Muchos hacen esta ruta en bicicleta, por lo que pueden ver muchas mas cosas en menos tiempo y mas lejanas pero ya sabéis que las bicicletas y yo no somos muy amigas.

Si decidís visitar ambos lugares, no dudéis en comentarme vuestra experiencia 🙂