BRUSELAS, qué ver y hacer en 5 días.

Belgica, primer destino Bruselas.

Nuestro primer viaje este verano nos llevó hasta Bruselaaaas 🙂 donde aprovechamos para hincharnos a gofres y visitar alguna que otra ciudad cercana, como Brujas, Gante, Lovaina o Malinas!

A continuación os dejo todo lo que vimos e hicimos durante nuestra estancia en la capital belga!

Decidimos ir allí porque encontramos un vuelo a un muy buen precio que no pudimos rechazar, pese a ser Ryanair, que no me suele gustar mucho volar con ellos.

Normalmente a la hora de escoger un hotel tendemos a alejarnos del centro un poco y sacarnos abono transporte, sin embargo, teniendo en cuenta que Bruselas es una ciudad pequeñita, nos rentaba evitar comprarnos la tarjeta transporte pagando su equivalencia en un hotel más céntrico. Y así lo hicimos.

iNCISO SOBRE NUESTRO HOTEL:

Nos alojamos en el hotel Marivaux que tiene un estilo muy de que aloja a personas que vienen por trabajo más que por ocio, aún así fue impecable.

Nuestra habitación era más grande que el salón de mi casa (que si, que es pequeño, pero que no deja de ser un salón) no sabemos si todas las habitaciones son igual de grandes o que en el fondo se confundieron pero era genial.

Y el desayuno estaba bastante rico, pese a que casi todo era salado y yo amo el dulce, por suerte había tortitas y una crema de galletas de Lotus de la que me enamore.


Comienza el viaje .

Llegamos a Bruselas poco antes de la hora de comer, habíamos decidido que este año íbamos a ir de comodones por lo que llevábamos contratado un coche que nos llevaría al hotel y que nos recogería de nuevo para llevarnos al aeropuerto, por lo que desconozco como es la ida en tren o metro desde el aeropuerto.

El coche era una pasada de cómodo y nos dejó en la puerta de nuestro hotel, donde tras dejar las maletas comenzó nuestra aventura 🙂

Sin rumbo fijo el primer día decidimos callejear un poco y buscar un sitio donde comer. Comimos en el Drug Opera y fuimos camino a la Grand Place de Bruselas, que es mas bonita de lo que parece en las fotos.

Pero antes paramos a comprar un delicioso gofre que nos duro poquito 😉

Desde allí decidimos callejear calle arriba y visitar las galerías de la Reina dar un rodeo hasta llegar a la Catedral, seguimos callejeando, ya que no habíamos planeado que hacer el día de la llegada. Sin embargo, vimos muchísimas cosas, ya que llegamos a la plaza central de nuevo visitando por el camino al Manneken Pis, es decir, al niño meón.

Decidimos merendar por la zona y cenar en el Hard Rock que tenían refill y nos moríamos de sed, al salir de cenar pese aun no haber anochecido habían iluminado la plaza y se veía de lo mas bonita.

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Segundo día.  

En nuestro segundo día decidimos madrugar e ir a ver Brujas y Gante, ya que dicen que viajar a Bruselas y perderte estas dos ciudades es pecado. Así que no nos lo podíamos perder.


Tercer día. 

Después de la matada a andar que nos hicimos el día anterior visitando tanto Brujas como Gante, decidimos hacer un día mas tranquilo. Así que decidimos coger el metro y visitar el Atomium. 

Compramos un billete de metro de 24 horas porque nos salía bastante mas rentable que ir comprando un billete cada vez y como realmente no sabíamos cuanto metro nos apetecería usar, fue una muy buena opción.

Fuimos hasta el Atomium que es la Línea 6 de metro dirección Heysel, casi la ultima parada de la línea vamos.

Nada mas salir de la estación ya se ve asique no tiene perdida 🙂

Sinceramente el Atomium me lo esperaba muchísimo mas cutrón, por lo que me impresiono y me gusto mucho. ¡No se ni la de fotos que le sacamos! alguna ya la habréis visto en Instagram, pero es que me encantó. No subimos porque habíamos leído ya que era algo carete y Bruselas ya nos estaba costando mucho.

Desde allí volvimos al metro para amortizar nuestra tarjeta y fuimos hasta el Parque del Cincuentenario, resultó que estaban montando una especie de concierto al aire libre con temática portuguesa, ya que en los carteles se leía “Lo mejor de Portugal”, asique el sitio estaba abarrotado de trastos, gente y sobre todo autobuses y furgonetas en el parking.

Aun así pudimos disfrutar bien de él y la verdad me esperaba mas, dicen que el arco es muy similar al que hay en Berlín, en dos semanitas estaré por allí así que ya os diré si se parecen o no. Por lo general no me pareció demasiado espectacular.

Desde allí fuimos andando hasta la Comisión Europea, donde decidimos coger otro metro que nos acercara al Parlamento Europeo, y allá que fuimos.

Vimos la Estación Europea, el Parlamento y el Hemiciclo y por supuesto, la Explanada de la Solidaridad que es lo segundo que te encuentras al llegar tras la estación.

Como podréis ver en la nueva sección del blog, comimos en el Beer Factory en la Plaza de Luxemburgo.

Después de comer decidimos ir al Museo del Cómic. Una vez allí decidimos no entrar a la exposición, lo vimos por dentro y la tienda tan grande que tienen pero no subimos a ver la exposición, desde abajo ya que veía que únicamente eran laminas, y la verdad de cómics belgas sabemos poco, los dibujos animados, Tintín y poco mas, sin contar que el idioma lo llevamos algo mal. Por eso decidimos que a nosotros en particular no nos merecía la pena subir. Así que esta visita os la dejo a vuestra elección, si vais contadme cual fue vuestra experiencia 🙂

Desde el Museo fuimos al Delirium, un bar super famoso de Bruselas que también lo hay en otras ciudades, y que tienen una gran variedad de cervezas.

Creíamos que solo había uno en Bruselas pero parece ser por lo que vimos los días siguientes que hay mas de uno y que sirven lo mismo.

Fuimos y la verdad es que, sin animo de ofender a nadie, eso era un antro. A mi no me gusto, ni el sitio ni la cerveza. El sitio estaba chulo con una decoración guay pero el ambiente del sitio era como muy sofocante. Aunque, para gustos colores, porque toda la gente que ha dicho ir le ha encantado. A mi personalmente no. Además que barato no era.

En la misma calle de este bar al que nosotros fuimos esta la Jeanneke Pis, es decir la niña meona, es una lastima que estuviera cerrada con una verja porque no se apreciaba bien. Pero claro, que era normal teniéndola así estando enfrente de varias cervecerías.

De ahí fuimos al Drug Opera de nuevo para cenar y ver la primera mitad del partido de España en su debut en el mundial. La mayoría de los que lo estaban viendo no iban con España y el camarero se estaba agobiando con tanta clientela, asique decidimos ir al bar del hotel a tomar el postre y ver la segunda mitad.

Allí fue como estar en España, habían llegado una decena de españoles se habían adueñado de todas las sillas del bar y no dejaban de gritar. Así que fue entrar y TOPICAZO Español, como se nos nota de donde venimos algunas veces 🙂 



Cuarto dia. 

Después del día mas o menos tranquilo que tuvimos el dia anterior, decidimos ir a visitar dos lugares cercanos a Bruselas que teníamos ganas de ver, Lovaina y Malinas.

Como eran pequeñas y fáciles de ver, al volver a Bruselas paramos en la estación central y fuimos a visitar las pocas cosas imprescindibles que nos quedaban por ver.

Lo primero fue el Mont des Arts, la verdad que tenia ganas de verlo porque es como una de las típicas estampas de Bruselas, pero al llegar allí digamos que me quede con ganas de mas. Quizá por mis altas expectativas.

Desde allí subimos hacia el Palacio Real, eso ya me gusto muchísimo mas la verdad. Y acampamos en el parque de enfrente un ratillo, antes de volver al centro.

Volvimos al centro callejeando un poco para no perder detalle de todo lo que Bruselas puede ofrecer.

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Decidimos comprar los regalos que íbamos a traernos a España ya que nos sobraba bastante tiempo. Compramos nuestro tradicional vaso de chupito y bombones para nuestras madres, además de algún pequeño souvenir.

Los Bombones los compramos en Mary una chocolatería artesanal que cumplen 100 años el próximo año. Y no exportan, este dato fue el que nos convenció para comprar allí los bombones que están de muerte.


Quinto día. 

Decidimos no madrugar tanto y aprovechar para dormir una horita mas.

Como de nuestra lista técnicamente lo habíamos visto todo, fuimos al jardín botánico que quedaba cerca de nuestro hotel. La verdad es que la localización de nuestro hotel fue perfecta.

En 5 minutos ya estábamos allí. El Jardín Botánico esta dividido por una carretera en dos partes, una mas pequeña con un laguito y otra mas grande con el invernadero.

La verdad es que a mi los jardines me encantan. Y este era muy bonito pese a ser pequeño. Muy verde 🙂

Después del Jardín volvimos al centro para localizar al Zinneke Pis, es decir, al perro meón. Tardamos pero lo localizamos!.

 Mientras exploramos cada rincón del centro de Bruselas que la verdad no tiene perdida, entre los escaparates, algunos edificios y el arte urbano tan impresionante que tienen ambientado en cómics no importa perderse y callejear.

Después de verlo y comer fuimos a un callejón que tenia ganas de encontrar, el callejón Val des Roses, no deja de ser un callejón mas con un precioso mural que simula un bosque, pero no se, a mi, me encantó.

Esta justo subiendo por el niño meón, a quien ese día le habían puesto ropa, y siguiendo las señales hacia su museo. Muy sencillo de encontrar la verdad.

Seguimos dando vueltas y explorando hasta la hora de cenar y volver al hotel, había que hacer la maleta.


Último día. 

En nuestro ultimo día, teníamos la mañana aun libre y aprovechable ya que el transporte no vendría a por nosotros hasta la tarde.

Así que, quisimos pasar nuestro ultimo día visitando el Palacio de Laeken. Fuimos en bus hasta allí, el billete no fue barato ya que nos costó 6 euros ida y vuelta en autobús.

Cuando llegamos resultó que estaba cerrado. Fue una gran desilusión, aun así decidimos deambular por allí por si hubiera alguna parte abierta al publico ese día. Y si había algo, el museo del Extremo Oriente, abierto por que directamente no había puerta.

Estaba todo en obras y medio abandonado. De todos modos pudimos ver un poco la zona china y la torre Japonesa que se visualizaba desde lejos.

Así que si volvemos ya sabemos que dejamos pendiente.


En resumidas cuentas, Bruselas me pareció una ciudad extraña, por una parte tenia demasiadas cosas bonitas y un montón de arte urbano que me encantó y por otro esta lleno de lugares un tanto sobre valorados, sin contar con que es una ciudad muy sucia y que tuvimos la mala suerte de encontrarnos la mitad en obras.

Os animo a ir y a visitar todo lo que podáis pero en unos meses cuando hayan decidido terminar las obras claro.

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