En el último viaje de este ajetreado verano hemos podido descubrir un nuevo país y reencontrarme con una buena amiga que tenia muchas ganas de visitar 🙂
Holanda es uno de los pocos países de Europa que nos quedaban por pisar, y teniendo invitación para ir que mejor oportunidad.
Asi que el último viaje de este verano tuvo como destino Ámsterdam 🙂
Ámsterdam es una ciudad super turística con mucha demanda, lo que hace que las aerolíneas inflen bastante sus precios. Nosotros llevamos un tiempo renegando muy mucho en la medida de lo posible a Ryanair, por lo que finalmente pagamos un poco mas por nuestros pasajes.
Si sois como nosotros os aconsejo que para este destino vayáis como nosotros en septiembre, o temporada baja, o comprarlo con mas antelación que nosotros, que fue de una semana.
Nos alojamos en Purmered, un pueblito con encanto a las afueras de Ámsterdam. Fuimos allí porque nos quedamos en casa de mi amiga y es allí donde ella vive.
Creo que es una buena opción alejarse un poco de Ámsterdam central incluso alojarse en uno de estos pueblitos a las afueras con el fin de ahorrarse un pico por el alojamiento, sobre todo si vais unos cuantos días. La conexión era directa, tanto por tren como por autobús. También al aeropuerto, algo que me parece fundamental la verdad.
Nosotros como siempre nos movimos en transporte público, decidimos, por recomendación, comprar la tarjeta chipkaart. Es una tarjeta recargable que vale 7´5€ y tiene validez de hasta cinco años, permitiéndote viajar con ella por toda Holanda. Asi que ya la he guardado a buen recaudo por si volvemos a Holanda 🙂
La verdad que es transporte público, pese a bueno me pareció caro y tuvimos que recargar la tarjeta casi todos los dias.
Si consideráis que os conviene según vuestro itinerario sacaros la I Ámsterdam City Pass os dejo aquí el enlace para comprárosla antes de ir.
Comienza el viaje
Volamos muy temprano y llegamos al Purmered, el pueblo donde nos alojaríamos, por la mañana. Nos encontramos con mi amiga, dejamos las maletas y fuimos a tomar algo y a ponernos al dia. La verdad es que el pueblo me pareció bastante mono y acogedor.
Comimos y descansamos un buen rato, por la tarde fuimos a Ámsterdam a conocer a su chico y un poco la ciudad.
Primera toma de contacto con Ámsterdam
El autobús nos dejo directamente en la Estación Central de Ámsterdam que proporcionaba unas vistas de lo que iba a ser la ciudad bastante buenas.
Allí nos encontramos con su novio, un chico encantador. Y pusimos rumbo a la Plaza Damm una de las plazas mas famosas de la ciudad, donde se sitúa el Madame Tussauds y el Palacio Real, desde allí callejeamos hasta una de las muchas tiendas de queso Cheese & More, que hay por la ciudad, son tiendas en las que puedes degustar distintas variedades de queso y como buenos españoles fuimos a comer queso gratis.
Tras esta mini parada caminamos hasta donde había varios coffeeshops y bares. Allí tomamos algo y después cenamos.
Como siempre pronto tendréis un post sobre todos los lugares a los que fuimos a cenar durante nuestra visita. Estar atentos 🙂
Después de la cena fuimos a conocer el famoso Barrio Rojo de Ámsterdam. Este barrio es el mas famoso de la ciudad y estaba abarrotado de curiosos, turistas y consumidores.
Debéis saber que esta prohibido sacar fotos, sobre todo en los callejones donde hay mas escaparates.
Los locales que te puedes encontrar son de todo tipo, desde museos, hasta actuaciones de sexo en directo o participativo, de todo la verdad. Nosotros no entramos en ninguno, pero había muchísima gente haciendo cola en determinados establecimientos.
Segundo día
El segundo día volvimos a Ámsterdam, mi amiga y su chico tenían entradas para el museo Nacional también llamado Rijksmuseum por como es mas conocido. Es uno de los principales y el mas famoso museo de Ámsterdam.
Nosotros dos tras darle un poco de vueltas decidimos no entrar en el museo, no somos muy fanáticos de entrar a este tipo de museos, asi que mientras mi amiga y su chico lo disfrutaban nos fuimos a pasear por la ciudad.
Justo delante de este museo se sitúan las famosas letras de I Am Ámsterdam, a las que no hicimos mucho caso debido a la cantidad de gente que había, y varios museos como el Van Gogh o el MOCO.
Otra cosa por la que se conoce Ámsterdam además de por tener legalizada la prostitución y la marihuana es por los míticos tulipanes holandeses, asi que fuimos caminando hasta el famoso mercado de las flores, que estaba repleto de bulbos, semillas y mucho color.
Mientras caminamos entre los puestos vimos una tienda super chula de navidad que me encantó casi mas que las flores de al lado.
Después de callejear de vuelta al museo hicimos tiempo en sus jardines, donde disfrute como una enana en la fuente a la que podías meterte, y dio la casualidad que estaba grabando la tele holandesa no sabemos sobre que pero nos llamo la atención.
Os dejo aquí por si os interesa un tour gratuito por Ámsterdam para que no callejeis sin rumbo tanto como nosotros 🙂
Desde allí fuimos a una librería callejeamos mas por la ciudad, deambulamos buscando un sitio donde cenar por el camino vimos varios Buldogs (uno de los primeros coffeshops de la ciudad) y tras la amena cena fuimos a un local de ambiente con música en directo llamado Waterhole (por si os interesa os he enlazado su pagina web)
Nosotros vimos varios artistas tocar, el primero a mis amigos les encantó. Era un japonés, Kenta Hayashi, que debía ser famoso en su tierra y que tocaba una música de estilo muy alternativo lo calificaría yo (no soy una enterada de música)
Después de estar allí un buen rato, de mucha música y de un par de cervezas nos fuimos para la estación. Por el camino entramos a ver el Museo de las cosas increíbles que me recordó un poco al de los récords Guinness de Copenhague porque tenía al señor mas alto del mundo en la puerta igual que el otro.
Tercer día.
El tercer día mi amiga tenia que trabajar, asi que le robamos al novio y nos fuimos con el a Zaandam donde tras tomar algo y verlo un poco le dejamos un poco tranquilo y nos fuimos a conocer Zaanse Schans
Todo lo que vimos en estos pueblos os lo cuento en el post sobre que ver cerca de Ámsterdam
Quedamos en recoger a mi amiga del trabajo como buenos chicos, asi que decidimos hacer tiempo viendo de nuevo el barrio rojo, nuestro objetivo era encontrar la teta de Ámsterdam.
*INCISO SOBRE MI VIDA*Debo contaros algo, yo siempre que viajo me marco unos objetivos normalmente son los imprescindibles del lugar y si ya los hemos visto marco otros de lugares que me llaman la atención y que puede que no sean tan famosos, siempre lo hago y en esta ocasión el objetivo fue esta teta. (Asi son mis gustos que se le va hacer)
Fuimos en busca de la teta y vimos de nuevo todo el barrio rojo, aprendimos dos historias entorno a la escultura de “la teta de Ámsterdam”, la primera dice que fue puesta ahí como señal del beneplácito que otorgaba la iglesia a las prostitutas para que ejercieran su trabajo a cambio de utilizar el dinero ganado en la iglesia a fin de expirar sus pecados. La segunda que oímos que apareció un dia sin mas y que pese a quitarla la volvían a instaurar y que se dejo por imposible ya que representaba en parte el espíritu de la ciudad. Ambas historias parecen plausibles.
Comenzamos por la Iglesia de Niuwmart y seguimos hasta la Oude Kerk en el centro del barrio rojo, conocimos un poco mas su historia, las mariquitas en el suelo, las barandillas obscenas y el monumento de una señora que ayudaba y daba cobijo a prostitutas y vagabundos haciendo así además labores de ayuda a la comunidad.
La verdad es que Ámsterdam esta llena de pequeñas esculturas por todos lados o por lo menos esa impresión me dio, y en especial en el barrio rojo donde también había una estatua pequeña en honor a las mujeres que allí otorgan sus servicios.
Si queréis hacer una visita extendida por el Barrio Rojo, aquí os dejo un par de tours por si os animáis 🙂
Después y no se muy bien como terminamos fuera del barrio rojo en un lugar maravilloso, era igual que las tiendas de las fabricas de queso que tienes para probar todas las variedades, pero esta vez de otra cosa que adoro, CHOCOLATE.
La tienda se llamaba Tony´s Chocolonely Super Store y la verdad estaba algo escondida como en un bajo. Probamos bastantes tipos de chocolates y terminamos picando y comprando dos tabletas, desafortunadamente si vais que sepáis
Cuarto día.
El cuarto dia el tiempo fue espantoso, pero malo de estos que te preguntas ¿porqué habré salido yo de casa hoy?.
Parecía que había parado un poco de llover cuando llegamos a Ámsterdam y dejamos a mi amiga en el trabajo, sin embargo, en cuanto nos despedimos de ella calló un diluvio.
Cogimos el tranvía y decidimos ir al MOCO para hacer tiempo mientras esperábamos que parase, la entrada nos costó 14€ un poco cara (un poco bastante) para lo que era, puesto que los cuatros se repetían. Si quitaban los repetidos la exposición no llega a 20 cosas sinceramente.
Era una exposición de Bansky, osea que encima esos 14€ al ser anónimo el señor seguro que no vería un duro. Aun asi no estuvo del todo mal, si os gusta ese tipo de arte urbano o haceros fotos como hacían muchos esta bien y si llueve es una alternativa.
La exposición seguía en el patio, había dejado de diluviar y terminamos viéndola, pero la paz duró muy poco, mis pies pequeños se encogieron del agua que me inundaba los zapatos y las chaquetas (que encima la mía era prestada) estaban chorreando asique muy a nuestro pesar en cuanto terminamos la exposición nos fuimos a casa de mi amiga a cambiarnos de ropa y no salir hasta que fuera necesario.
Finalmente salimos de nuevo bastante tarde y ya en compañía del chico de mi amiga, habíamos quedado en cenar en su restaurante y no podíamos faltar, aunque llegamos tarde.
Aprovechamos antes de llegar a comprar los souvenirs que como siempre ¡no pueden faltar!
Ese dia debo decir que lo mejor fue la cena sin duda, y sobre todo los platos que elaboro ella claro 😉 porque el resto del dia estuvo demasiado pasado por agua.
Tomamos algo tras la cena tomamos algo y a descansar hacer la maleta y rezar porque se secaran las zapatillas. (Lamentablemente las mías no lo hicieron)
En definitiva Ámsterdam me sorprendió ya que pensé que simplemente me iba a encontrar canales, olor de marihuana y mucho salido.
Pero aparte de esas cosas me pareció una ciudad con bastante potencial tenia muchos lugares que llamaban la atención como las casas torcidas o pequeños gestos de arte urbano.
En verdad, vimos muchísimas mas cosas de las que puedo enumerar en un post resumen de mi ultimo viaje de verano pero me gustó esta turística ciudad.
Puede ser que quizás el ver a alguien a quien quieres y llevas tiempo sin ver hace que cualquier lugar que huela a porro sea maravilloso, pero sin duda fue una ciudad que recomendaría para una pequeña escapada 🙂
6 comentarios en “Amsterdan en cuatro dias.”