SPRINGFIELD MISSOURI, qué ver y hacer en 1 día.

Durante nuestra tercera etapa de la Ruta 66 que inició en Sant Louis nos alojamos en el Estado de Missouri, más concretamente en Springfield. A continuación os vengo a contar todo lo que hicimos y vimos durante esta breve estancia.

Pronto tendréis disponibles más post sobre nuestro viaje recorriendo Estados Unidos, estad atentos!

Springfield

Salimos por la mañana de Sant Louis y llegamos más o menos a media tarde a Springfield.

El resto del día antes de llegar aquí lo tenéis detallado en el mega post del viaje Ruta 66!

Generalmente a mí me encanta dormir y vaguear pero de viaje me cambia totalmente el chip y tras pasar el día en la carretera lo que a mí más me apetecía hacer era andar, muchos solo quieren tumbarse y descansar como en un día normal, pero mi cuerpo me lo tiene prohibido si estoy de viaje porque me crea la necesidad imperiosa de salir, caminar y ver cosas hasta acabar tan reventada que nada me impida dormir como un bebé, así que en cuanto llegamos hicimos rápidamente el check in en el hotel y salimos a patearnos el pueblito.

INCISO SOBRE NUESTRO HOTEL:

Best Western Route 66 Rail Haven. Estéticamente parecía el típico hotel de carretera de habitaciones individuales todas pegadas una junto a otra con su porche. Fue uno de los que mejor nos atendieron durante la ruta 66, tanto que la chica de recepción nos imprimió un folleto con ideas para ver y hacer durante nuestra estancia allí.

El desayuno era pequeño pero tenía bastante variedad tanto dulce como salado, pudiendo hacerte el típico desayuno americano con huevos revueltos y gofres recién hechos o por el contrario tomarte unos cereales con un bollo. Lo mejor de todo es que tenía agua gratis y fresquita. Las habitaciones muy sin más, acordes con todas las demás fue lo menos reseñable.

El hotel estaba bastante bien situado pues estaba alineado en línea recta con el centro de la localidad aunque tenía un buen paseo de una media horita o así.

Teníamos dos planes alternativos para aquella tarde, por un lado podíamos ir al Parque de Secuollas que quedaba a 10 minutos en coche y por otra, podíamos ir al centro histórico de la ciudad y deambular por la zona hasta la hora de cenar. Yo optaba por la segunda opción puesto que la primera peligraba bastante debido al mal tiempo que nos había estado haciendo además que suponía volverse a meter al coche, así que por votación popular decidimos ir al centro.

Con alguna discrepancia en como ir hasta allí, pues a pesar de que tan solo fuera una caminata de entre 20 y 30 minutos algunos querían que fuésemos en coche. Tras otra votación popular muy rápida decidimos ir caminando ya que llevábamos 6 o 7 horas en carretera y mi culo no podía seguir sentado.

Empezamos a caminar y nos encontramos a un Gigante cocinero cerca de un autobús de comida Colombiana. A mi estás cosas, los gigantes y demás, me encantan ya lo deberíais saber, por lo que comencé el paseo encantada.

Continuamos hasta la Route 66 Visitor Center y el Discovery Center aunque ambos se encontraban cerrados. En este último punto se encuentra el graffitti mítico con el nombre del pueblo. Estos murales los había prácticamente por toda la ruta, algunos más escondidos que otros, pero me parecieron muy guays.

Muy cercano a estos se encontraba el «tenedor más grande del mundo» o así lo fue en su día pues aunque era muy chulo y tenía macarrones con quesito era pequeño para ser el más grande.

Desde allí caminamos hasta la plaza central, pasando por el Teatro Gillioz y el Museo de Historia. Había muchísimos locales y bares que tenían muy buena pinta pero decidimos callejear un poco por la zona antes de ir a cenar. Por la zona encontramos muchísimas esculturas de acero con diferentes temáticas aunque todas muy amables, del tipo representación de los médicos en su labor frente al coronavirus, conejos amorosos, el símbolo de la paz y demás.

Al poco de llegar a la plaza central dos de nuestros amigos decidieron irse a descansar y pasar de la cena, por lo que nos quedamos 5 deambulando por las calles que la verdad respiraban muy buen ambiente.

El pueblo era muy friendly en general y transmitía muy buen rollo, todo estaba muy limpio y cuidado y había buen ambiente en la calle. Me gustó muchísimo. Además yo, que echaba mucho de menos ya a mi perrete, pude achuchar a varios por la calle y eso a mí ya me enamora y ayudo a que se me quitara un poco la morriña.

Tras una estupenda cena en la que pudimos lograr uno de nuestros objetivos gastronómicos decidimos que ya iba siendo hora de irnos a descansar.

Cuando llegamos al hotel aquella noche recuerdo que nos quedamos a la intemperie charlando un rato mientras me desmaquillaba y demás con mis amigos, mientras gente random que también se alojaban en el hotel cubrían de papel higiénico uno de los coches para gastarle una broma a uno de sus amigos. Fue bastante curiosa la situación aunque nos perdimos el desenlace.


En líneas generales este pueblito fue de los que más me gustó y en los que mejor me lo pasé, me encanta callejear y ver esculturas y arte urbano y esto es algo que ofrecían sin precedentes.


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